domingo, 30 de diciembre de 2012

TAN DIFERENTES... Y TAN IGUALES


En esta entrada,  además de hablar sobre Karl Marx y Sigmund Freud, tendrá gran protagonismo un filósofo alemán que está considerado como una de las figuras más relevantes de la filosofía moderna. Él es Friedrich Nietzsche  (15 de octubre de 1844 - 25 de agosto de 1900). Me he querido centrar más en Nietzsche puesto que es un filósofo que vimos el año pasado en clase y sabemos pocas cosas acerca de él.
Es preciso destacar que en la escuela primaria recibió los primeros conceptos sobre la antigüedad clásica, que tiempo después se convirtieron en un referente básico de su pensamiento.
Su interés por la filología clásica lo llevó a estudiar en la Universidad de Bonn y tiempo más tarde a Leipzig, donde entró en contacto con la filosofía de Arthur Schopenhauer (1788-1860), que también influyó decisivamente en la formación de sus ideas.
Nietzsche, en su filosofía en general, cuestionó todos los valores morales tradicionales al introducir conceptos como la voluntad de poder, el superhombre y el eterno retorno
Pero lo más importante de todo, y lo que más me ha llamado la atención para escribir esta entrada, es que a Nietzsche se le conoce como uno de los maestros de la “sospecha” junto a Karl Marx y a Sigmund Freud.
¿Qué es un maestro de la “sospecha”?  Pues bien, en primer lugar debemos mencionar que Paul Ricœur, un filósofo y antropólogo francés conocido por su intento de combinar la descripción fenomenológica con la interpretación hermenéutica, fue quien acuñó esta expresión (maestro de la “sospecha”).
Los tres maestros de la sospecha, Marx, Freud y Nietzsche consideraron que la conciencia no era una conciencia verdadera. Marx considera que la conciencia está enmascarada dentro de los propios intereses económicos, en Freud se considera que está falseada por la represión del inconsciente y en Nietzsche por el resentimiento del débil. Lo que hay que destacar es que estos maestros son capaces de interpretar el propio sentido, quiero decir, Marx pretende alcanzar la liberación por una praxis con la que se pueda intentar desenmascarar a la ideología burguesa. Nietzsche trata de restaurar la fuerza humana por la superación del resentimiento y de la compasión y Freud busca una curación por medio de la conciencia y la aceptación del principio de la realidad. Ambos comparten la denuncia de las ilusiones y de la falsa percepción de la realidad, pero también la búsqueda de una utopía. Los tres realizan una labor arqueológica de búsqueda de los principios ocultos de la actividad consciente, si bien, simultáneamente, construyen una teleología, un reino de fines. Por el contrario, Ricoeur, como ellos, acepta el lado ascético de la reflexión, su papel de aguafiestas ante determinadas percepciones de la realidad. Pero tras el necesario purgatorio de la crítica marxista, freudiana y nietzscheana, viene la recuperación del sentido, el restablecimiento de una ingenuidad purificada y fuerte.
Estos tres autores comparten una actitud crítica hacia la sociedad que conocen, y por ello suelen ser considerados como frutos de un mismo espíritu crítico, aunque ni siquiera son de la misma generación, ya que mientras Marx es un autor de mediados del siglo XIX, y Nietzsche lo es de finales del siglo XIX y Freud es, un autor de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Así, estos tres autores centran, básicamente, la crítica a una forma de entender el mundo que llega hasta nuestros días, y, por ello, sus visiones son, en cierta medida, aún vigentes. De ahí que Paul Ricoeur les calificara como filósofos de la sospecha.
Espero que os haya gustado esta entrada y sobre todo he de decir que el tema que he elegido me ha resultado muy interesante, pues no sabía muchas cosas acerca de Nietzsche. Una de las cosas que recuerdo es que consideraba que la razón era un arma poderosa para contar mentiras y como ya he mencionado anteriormente, Nietzsche introdujo algunos conceptos en su filosofía tales como la voluntad de poder, el superhombre y el eterno retorno.